Según las estadísticas disponibles y de acuerdo con las Naciones Unidas, se estima que cada año se registran 5.000 asesinatos por honor en diferentes países. Contrariamente a lo que algunos piensan, estos asesinatos no se limitan a países como Irán, Pakistán, India, Turquía, Egipto, Siria, etc., sino que también se producen en países como Dinamarca, Suecia, Alemania, Noruega, Países Bajos, Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos, entre otros.
En la actualidad, las cifras reportadas son mucho más bajas que las reales por varias razones; a continuación, algunas de ellas:

Informes falsos en torno a los crímenes de honor por parte de familiares y testigos:

Un número importante de asesinatos por honor se denuncian a menudo con títulos distintos al de asesinato. En estos casos, los hombres de la familia generalmente quieren controlar a las mujeres y consideran a la mujer o a la niña como su propiedad, con el resultado de que la más mínima desobediencia a las órdenes, aunque sea uno de los derechos más naturales de todo ser humano, se considera perjudicial para la familia. Como resultado de estos pensamientos, en nombre de la reputación perdida, el celo y los prejuicios, se producen asesinatos que se denuncian como suicidios o muertes naturales en colaboración con otros testigos.

Los nombres de las niñas no se registran al nacer:

En muchos países, por diversas razones, no se registran los nombres de las hijas al nacer. En las zonas rurales y remotas de Ecuador y Kenia, por ejemplo, la distancia a las oficinas gubernamentales es uno de los mayores obstáculos para registrar a los niños al nacer. En Bangladesh, las familias deben pagar una cuota para inscribir y obtener el certificado de nacimiento, lo que supone una pequeña barrera para las familias pobres. En Camerún, las madres deben tener dos testigos si quieren registrar a sus hijos. Como los nombres de las niñas no se registran al nacer, sus vidas y muertes quedan fuera de las estadísticas.

Cooperación policial con la familia de la víctima:

La cooperación policial y la manipulación de los hechos en la escena del crimen a la hora de informar es otra de las razones que impiden el acceso a las verdaderas estadísticas de los crímenes de honor. Según algunos activistas de los derechos de la mujer, en algunos casos la policía no autoriza la autopsia, lo que facilita que la familia informe de la muerte natural de la víctima.